En las sombras de la noche, bajo la luz plateada de la luna llena, mi amante y yo nos encontramos en un lugar secreto donde la pasión y la lujuria se entrelazan en un baile eterno. Con una mirada ardiente, me acerco a él lentamente, como un felino acechando a su presa.
Nuestros cuerpos se funden en un abrazo apasionado, donde cada caricia enciende la llama del deseo. Mis labios exploran su cuello, saboreando su piel con avidez, mientras mis manos expertas acarician cada centímetro de su cuerpo, despert